martes, octubre 28, 2008

Pensamiento de un animafilico en el infierno


Tarde del Rey Podredumbre

El dios podredumbre no es una vida.
Es un momento del dia, que aparece cuando
los gusanos cruzan la frontera de
la piel, y se encuentran frente a la luna.

La luna, si es la luna.
No nos importa. El putrefacto dios
roba semillas de hormigon, que planta entre
las sonrisas perdidas de sus victimas.

Por supuesto, Resucitan. Con el tallo henchido
en el paladar, reconocen a su ejecutor.
Hermoso, y asesino. Tres muertos vuelven a morir,
pues el dios, los clava y siembra de nuevo en la
acera.

La rapidez es esencial. El poseedor de un clavel,
le arrebata la lengua.
Y entre gruñidos de sangre: "¿Como has podido hacerme
esto?"

Los fluidos que emana tu reino celestial, en los atardeceres
de cada viernes, son santamente apetecibles.
Yo no me he hecho nada. Me he acabado por hoy. Siendo el santo
menos conocido de esta ciudad,

soy justo conmigo.

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Cuadro de Lucian Freud.

miércoles, octubre 15, 2008

El cuervo repara en su cria en el hambre


-¡Eres un idiota!

-¿Que pasa?
-Que es un idiota. Miralo ahi colgado, que ridiculo.

Jacques miro al punto mas alto del edificio. Pendiente de una cornisa, se encontraba otro bombero agitando pateticamente las piernas.

-Creia que era normal que os suicidaseis en esta circunstancia.
-¿Que? Si. Pero el no se queria suicidar. Queria simular el suicidio para que le siguiese su hermano.
Esta enamorado de su cuñada, y habian tenido ya ciertos escarceos, por lo que pretendia engañar a su hermano para que se matase, y asi casarse con su cuñada.
-¿Y donde esta su hermano?
-Aprovecho que su hermano esta a punto de morir para liarse con su cuñada.
-Ah, el suicida tambien tenia mujer.
-Si. Pero no le parecia suficientemente arisca. La otra es esteril, y deseo toda su vida tener mellizos. Por lo que su marido robo hoy mismo dos crios para darselos y librarse de ella. Ya sabe usted, que en este trance no es un gran delito... hacerse... con niños de los que ni se conoce el cordon umbilicar.

Jacques recordo al hombre en bicicleta.

-Ya, ya. Y a todo esto, ¿quien es usted?
-Yo soy el padre de esas dos calamidades. La nuestra es una tradicion familiar. Tenemos una estacion de bomberos propia. Por eso somos menos estrictos en todo lo referente al codigo, y las situaciones de panico no las asumimos como el termino de la vida en si, sino como el final de la vida fingida, y la oportunidad para empezar la vida que siempre quisimos tener. Y todo eso conlleva situaciones como esta...
-¿Y a usted no le afecta su aplicación del codigo?
-¡Claro que si! Yo jamas quise tener hijos, por eso lo convenci para llevar a cabo ese absurdo plan

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Fotomontaje de Michael Decamp.

jueves, octubre 09, 2008

"La pureza es la mente blanca del recien nacido, y la mente negra del recien fallecido"


Digo que yo no soy un hombre puro


Yo no voy a decirte que soy un hombre puro.
Entre otras cosas
falta saber si es que lo puro existe.
O si es, pongamos, necesario.
O posible.
O si sabe bien.
¿Acaso has tú probado el agua químicamente pura,
el agua de laboratorio,
sin un grano de tierra o de estiércol,
sin el pequeño excremento de un pájaro,
el agua hecha no más de oxígeno e hidrógeno?
Qué porquería.

Yo no te digo pues que soy un hombre puro,
yo no te digo eso, sino todo lo contrario.
Que amo (a las mujeres, naturalmente,
pues mi amor puede decir su nombre),
y me gusta comer carne de puerco con papas,
y garbanzos y chorizos, y
huevos, pollos, carneros, pavos,
pescados y mariscos,
y bebo ron y cerveza y aguardiente y vino,
y fornico (incluso con el estómago lleno).
Soy impuro ¿qué quieres que te diga?
Completamente impuro.
Sin embargo,
creo que hay muchas cosas puras en el mundo
que no son más que pura mierda.
Por ejemplo, la pureza del virgo nonagenario.
La pureza de los novios que se masturban
en vez de acostarse juntos en una posada.
La pureza de los colegios de internado, donde
abre sus flores de semen provisional
la fauna pederasta.
La pureza de los clérigos.
La pureza de los académicos.
La pureza de los gramáticos.
La pureza de los que aseguran
que hay que ser puros, puros, puros.
La pureza de los que nunca tuvieron blenorragia.
La pureza de la mujer que nunca lamió un glande.
La pureza del que nunca succionó un clítoris.
La pureza de la que nunca parió.
La pureza del que no engendró nunca.
La pureza del que se da golpes en el pecho, y
dice santo, santo, santo,
cuando es un diablo, diablo, diablo.
En fin, la pureza
de quien no llegó a ser lo suficientemente impuro
para saber qué cosa es la pureza.

Punto, fecha y firma.
Así lo dejo escrito.
Nicolas Guillen [La rueda dentada, 1972]

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Cuadro de Cezanne.