lunes, abril 26, 2010

Obituario


Ansel Adams


Y, de repente, sentirse morir no es
algo banal ni adverso ni indigno
sólo un cansancio, el calor insoportable
John Ashbery




lunes, abril 12, 2010

"Deja fluir mis huesos entre las hojas"


Tapies


Pienso en el siguiente martirio chino:

El verdugo encadenaba a las víctimas, generalmente dos enamorados, o dos esclavos prófugos, con grilletes, uno a otro por los pies, y los depositaba en lo más hondo de un profundo pozo tapiado. Al cabo de meses, cuando el verdugo abría el hoyo, encontraba los restos de las víctimas muertas, entredevoradas.

Imagino una escenografía. Otorgo un rostro y un pasado a cada condenado.
Planteo paralelismos cotidianos; vitales.

Similitud insoportablemente implacable con la existencia.
Con los actos interpersonales.

Sensación de frío
por
frivolizar la carne herida.

Entonces, y sólo entonces, me vuelco en el pozo,
y una (única) posibilidad es plausible:

lágrima
hambre
sed
amor

amor por la carne

psicologizada por los verdugos chinos

resulta obvio: cuando se puede filtrar
belleza a partir de actos atroces

la simiente de la estética
se torna oscura e insalubre


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Cuando la belleza es tan radiante:
es una malformación de la naturaleza
Fernando Arrabal

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Todo lo que la carne me enseña,
supone mi irremisible abolición.
Cioran

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Ves tú el alineamiento de cadáveres en mí?
Tristan Tzara